Curso en la Cruz Roja :)

Cuando termine la preparatoria quiero estudiar medicina, así que decidí involucrarme un poco más en este ambiente. Mi prima me recomendó tomar un curso de paramédico que ella está tomando en la Cruz Roja y me llamó tanto la atención que decidí ir a preguntar de qué se trataba. Como soy menor de edad me dijeron que no podía tomar ese curso, pero podría tomar el de primeros auxilios en un grupo llamado Juventud, que es para menores de edad. Hace dos semanas comenzó el curso y estoy muy emocionada de todo lo que vamos a hacer. La primera clase fue una bienvenida para que todos nos conociéramos un poco. Jugamos mucho y comimos pastel. Al día siguiente nos dieron una introducción y nos explicaron un poco sobre la historia de la Cruz Roja. El fin de semana pasado comenzaron las clases normales y nos enseñaron anatomía del cuerpo humano, los diferentes sistemas que hay, que hacer en caso de una emergencia, entre otras cosas. El domingo nos enseñaron cómo se hace un RCP, que significa Reanimación cardiopulmonar y se utiliza cuando alguien tiene un paro cardíaco. Se supone que los sábados nos enseñan la teoría y los domingos practicamos, así que estoy muy emocionada porque este fin de semana practicaremos RCP con maniquíes. Este curso dura seis meses y te puedes inscribir cuantas veces quieras. Hay chicos y chicas en el grupo de Juventud que llevan más de dos años. Cuando terminas los primeros seis meses, aparte de seguir practicando los primeros auxilios, puedes participar en colectas para lugares en donde ocurren desastres naturales, campamentos, entregas de despensa y muchas cosas. Estoy muy contenta de que ya puedo comenzar a ayudar a las personas de otra forma aparte de solo donar dinero en los sobres y de que ya me estoy involucrando en actividades relacionadas a lo que quiero estudiar. 

¡Curiosidades del cuerpo humano!

El cuerpo humano es una de las creaciones más maravillosas de la naturaleza. Es tan complejo que podríamos encontrar muchas cosas extrañas y asombrosas en él, como que el intestino delgado puede llegar a medir entre 6 y 8 metros, o que nos crece 1 cm de cabello cada mes. Pero empezando por lo más básico, ¿cuántos huesos tenemos? Los bebés tienen 300 huesos, y conforme van creciendo estos se van uniendo, hasta que llega a la adultez y tiene 206 nada más. Cosas cotidianas como sonreír pueden poner en acción 17 músculos, fruncir el ceño puede mover 43, y levantar un pie para dar un solo paso puede mover hasta 200 músculos diferentes.

Los sentidos, los cuales todos conocemos, también tienen sus curiosidades. La nariz puede recordar hasta 50,000 aromas diferentes. Nosotros mismos tenemos nuestro propio olor distintivo, con excepción de los gemelos, quienes huelen exactamente igual. Los ojos son capaces de distinguir un millón de colores y detectar hasta las más mínimas variaciones de tonalidades.

Uno de los órganos principales del cuerpo humano es, efectivamente, el cerebro. Éste pesa en promedio un kilo y 300 gramos, pero el cerebro con más peso registrado llegó hasta un kilo con 750 gramos y se encuentra en un museo. Se calcula que tenemos alrededor de 86 billones de neuronas, y nuestros impulsos nerviosos pueden viajar a una velocidad de 350 km/h. Muchas personas piensan que cuando dormimos nuestro cerebro descansa, pero en realidad es en la noche cuando está más activo. Podemos tener hasta seis sueños, aunque muchas veces no los recordemos todos. Otro órgano vital es el corazón, el cual puede bombear la sangre con tanta presión que podría expulsar un chorro unos diez metros. Por cada litro de sangre podríamos sacar medio gramo de hierro.

Hablando de adaptación, el cuerpo humano tiene una capacidad muy grande de hacerlo en diferentes circunstancias. En 30 minutos liberamos suficiente calor como para hervir casi medio litro de agua. El cuerpo necesita una temperatura estable por lo que cuando hace mucho calor, como mecanismo de defensa para bajar la temperatura, comenzamos a sudar, pues así se refresca la piel. Si camináramos descalzos todo el tiempo, nuestras plantas de los pies se engrosarían hasta medio centímetro para soportar la fricción del suelo y la tierra. Cuando perdemos la vista o nacemos sin ella, nuestros demás sentidos se desarrollan más para que podamos hacer casi todas nuestras actividades cotidianas.

Así como hay partes vitales del cuerpo, hay algunas que no son necesarias o que no nos ayudan en nada, como el coxis, las muelas del juicio, el apéndice y el dedo meñique del pie.

Nuestro cuerpo está lleno de sorpresas, pero para que todas esas cosas extrañas funcionen correctamente debemos cuidarnos y mantenernos sanos. Aunque las papas fritas y los chocolates estén más ricos y aunque prefiramos quedarnos acostados en el sofá, debemos alimentarnos bien y hacer ejercicio. De esta forma podremos seguir gozando de nuestras rarezas corporales felizmente.

Ilusiones ópticas

El cerebro y la mente funcionan de muchas maneras. La forma en la que percibimos nuestra realidad depende de nuestros procesos cerebrales, pero existen unas imágenes que desafían este entendimiento. Estas se llaman ilusiones ópticas y dependiendo de la imagen, el cerebro se confunde de manera diferente. Esto ocurre involuntariamente y puede variar en cada persona, dependiendo de factores como el daltonismo, astigmatismo, agudeza visual, entre otras cosas.

En el momento en el que nuestra retina capta alguna forma, borde o color, el cerebro saca una conclusión de la imagen que está viendo: tiene la capacidad del movimiento. Nuestro cerebro piensa cómo se moverían estas formas en el futuro y es por eso que pareciera que se mueven cuando en realidad no lo hacen.

Mira el punto y aléjate y acércate a la imagen.

Existen dos tipos de ilusiones ópticas:
Cognitivas
Estas se dividen en ambigüedades, distorsiones, paradojas y ficciones. Son imágenes que aparentan ser algo diferente de lo que en realidad representan.

¿Las líneas verticales son paralelas? Distorsión

Ficción

Paradoja

¿Es una joven o una anciana? Ambigüedad

Fisiológicas
En estas se encuentran las alteraciones de la percepción y las distorsiones estructurales. Nuestra retina sufre un ligero estrés al mirar un objeto con exceso de brillo, color, posición, azulejo, tamaño o movimiento al que no puede adaptarse.

El cerebro está dividido en dos hemisferios. El hemisferio izquierdo se encarga de la representación lógica de la realidad. Nos ayuda a entender el habla, la escritura, la numeración, las matemáticas, gestos y pensamientos. Por el contrario, el hemisferio derecho se encarga de la representación creativa de la realidad. Nos ayuda a entender los objetos visuales no lógicos, como los sentimientos, sensaciones, el arte y muchas cosas más.

Nuestro cerebro y nuestra mente nos ayudan a ver la realidad y entender qué sucede a nuestro alrededor. Por eso cada día debemos ejercitarlos para que vivamos sanaMENTE.

   ¡Cuidado!

Histeria colectiva

Un día, en una fábrica de telas, uno de los trabajadores se enfermó por la picadura de un insecto, que creía que había venido en alguna de las telas importadas. Poco a poco, otros trabajadores comenzaron a enfermarse también. Todos con los mismo síntomas. Cuando mandaron a fumigar la fábrica, los fumigadores no encontraron rastros de ningún insecto que pudiera causar ese tipo de síntomas. En ese momento quedó como un misterio, pero después de investigaciones, se denominó como una caso de histeria colectiva.

Otro caso destacado de este fenómeno fue cuando en una secundaria en Estados Unidos, una chica comenzó a tener tics de la nada, como síndrome de Tourette. Como ya llevaba mucho tiempo con ellos, subió un video a YouTube contando su problema. Esto se supo en la secundaria y con el tiempo otras chicas comenzaron a presentar los mismo síntomas. Se hicieron investigaciones y se creía que era debido a que mucho años atrás hubo un derrame de sustancias químicas, y que tal vez los restos de eso estaban provocando los tics a las estudiantes. Pero esa teoría se rechazó, y sociólogos también denominaron este caso como uno de histeria colectiva.

La histeria colectiva ocurre cuando una persona cree que está enferma e incluso presenta síntomas, y poco a poco va "contagiando" a otras personas. Esto solo ocurre en la mente de quien lo padecen, lo cual se llama trastorno de conversión. Estos casos ocurren más seguido en escuelas o lugares de trabajo, ya que cuando alguien se siente angustiado no puede irse tan fácilmente de ahí. Es lo contrario del efecto placebo, que es cuando una persona o paciente es engañado con alguna cura para que crea que mejorará y sí lo hace.

Psicólogos del Hospital Johns Hopkins, en Baltimore, han concluido que mucho pacientes ingresados por epilepsia no padecían esta enfermedad, sino que imitaban los síntomas por algún tipo de estrés o ansiedad. Casos de veteranos de guerra o madres que habían perdido la custodia de sus hijos se relacionaban con esta investigación.

Se ha comprobado que el ochenta por ciento de las enfermedades son provocadas por la mente de la misma persona. Para ello la mejor solución es convencer al paciente de que en realidad no está enfermo, sin embargo, es aún mejor aprender a conocer nuestro cuerpo y nuestra mente para no engañarnos a nosotros mismos y no auto-enfermarnos.